Besh: la nada y la luz
Baa: el sol
Inoh: la luna
Grev: la tierra
Lalra: el cielo
Lalra y Grev nacieron de la tierra, escribieron sus
nombre en el lodo antes de hablar, no tenían ojos, no veían el mal, no había
mal, andaban entre la tierra por que la sentían respirar. Nacieron y Baa les
dio nombres, cuando la tierra dejo de moverse les dio bocas, pero aun no podían
hablar, gemían y de sus gemidos formaron montañas y ríos. Cuando hubo montañas
y ríos Baa les dio oídos y escucharon sus propios gemidos y formaron sonidos y
canciones; entonces se creo el cielo, tuvo color y tuvo estrellas, pero sin
luna ni sol. Pintaron de colores la tierra con sus canciones, pero sólo
existían sus voces y Baa les preguntó, preguntó los nombres que escribieron al
nacer y dijeron Lalra y Grev, y crearon las palabras, de las palabras vino el
sonido y de los sonidos otros gemidos, que se transformaron en patas, en
hocicos y orejas; criaturas amorfas poblaron la tierra. Todos eran ciegos, se
movían por las voces, los gemidos y los sonidos de la tierra. Baa no era ciego,
era el único que podía ver lo que se había creado, se sentaba en el monte más
alto y veía todo, le sorprendía lo burdo y perfecto.
Baa nació de Besh, de sus lagrimas, de su semen nació
Inoh, esposa de Baa. Inoh y Baa copulaban en la nada, pero no creaban nada.
Copularon en la luz y crearon luz. Los pies de Besh estaban rotos, los rompió
el mismo para estar a la altura en la nada y en la luz, sus partes crecieron
solas y crearon la tierra. Baa e Inoh copularon en la tierra y de la luz, la
tierra se movió. Baa penetró a Inoh y de su semen en la tierra que se movía,
retorciéndose salieron Lalra y Grev.
Baa que veía e Inoh que sentía copulaban siempre en la
luz, creando luz, el cielo se iluminaba y se partía en dos, las estrellas
temblaban y tambaleaban la tierra. Pero sólo Baa lo veía, las luces se
cuarteaban en miles de colores y en líneas de cristal que caían sobre la
tierra, la belleza la sintió Baa por primera vez, besó el rostro de Inoh y le
dio ojos y ella vio, vio lo magnifico de la luz y en el cielo quebrado en luces
y colores apareció la luna, blanca como los ojos de Inoh.
En la noche perpetua sólo Baa estaba con Inoh, no
existían los sexos en la vida creada, todos caminaban sin hambre, sin placer y
sin pena, sin frío ni calor, ni tristeza ni alegría. Inoh que veía, vio a Lalra
y Grev arrastrándose, los jalo y los paro en dos pies, los vio iguales y le
pidió a Baa hacerlos como ellos, esposos. Baa dijo que si hacían eso, seguirían
creando, pero ellos ya no podrían; le pidió que les diera ojos, pero Baa dijo
que no se atrevía. Le dijo que sólo Besh decidiría, pero Besh se había cortado
brazos y piernas y estaba a punto de no existir, dejaría la creación para sus
hijos Baa e Inoh.
Inoh busco a Besh que se volvía nada y pidió vida para
Lalra y Grev, para que fueran más que criaturas y crearan como ella. Crear es
sólo para el que tiene voluntad, dijo él. La nada ya no la tiene, se hará con
la luz y podrán seguir creando. Sus miembros se partieron y se esparcieron.
Ellos no tienen voluntad - le dijo Baa a Inoh- han gemido y nada más, se han
arrastrado y nada más. Les enseñaste a decir sus nombres y nacieron
escribiéndolos, podes enseñarles a crear – dijo Inoh a Baa; les daré mi
voluntad – agregó.
Baa e Inoh copularon y crearon una vez más; la luna se
quebró, adelgazaba y se llenaba una vez más; cada vez que él la penetraba la
tierra se abría y se sacudía, las criaturas entraban en ella y eran escupidas
con nuevas formas, con nuevos colores. Lalra y Grev fueron tragados y
esculpidos en la tierra con forma de hombre y de mujer, en la tierra que los
entrego copularon también, Grev penetró a Lalra y el cielo se partió en dos, se
decoloro y se atraganto en luz como aquella vez que la noche nació. Lalra y Grev
conocían las palabras y crearon los sonidos y de sus sonidos nacieron los
nombres, el día y la noche. Del cielo partido Baa se maravilló, les dio su
lenguaje y les dio ojos, por qué ahora él no podrá crear. Lalra y Grev miraron
el cielo que crearon y había sólo sol. Más tarde después de los alimentos que
crecían en la tierra y la carne de los animales que ahora existían, llegó la
noche y sólo la luna. Nunca vieron a sus padres, pero de noche copularon y
crearon, como sería su voluntad.
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