lunes, 21 de agosto de 2017

Frases

“Voy camino a una boda” tengo esa frase atorada en la cabeza. La imagino revoloteando, cambiando, transformando y contorsionando una serie de subsecuentes frases: podrían ser versos, podría ser el comienzo de un poema. Pero nada continua… “voy camino a una boda/es un largo trayecto…” “me toca estar sentada sola/no llevo ningún obsequio/varios días viajando a una boda” “¿te hubiera gustado que fuera mi boda?/¿cómo hubiera sido?/¿un vestido blanco? ¿una enorme catedral?/la promesa, la esperanza de algo más”
¿De qué se puede tratar? De la soledad que es viajar sola, de la soledad que se saborea dulce-amarga. Tiene algo de añoranza, algo de dolor incrustado, ese dolor que ya casi no se siente, pero respiras y ahí está. Que bien se siente tener la casa sola, repleta de ecos y posibilidades, de tirarse bajo las sabanas, sabiendo que nada pasará, que el tiempo pasa lento pero no pesa.

Voy camino a una boda/quisiera no llegar/quisiera no regresar”.