domingo, 20 de marzo de 2016

El primer trago de una Coca-Cola


Cuando la sed y la ansiedad 
son demasiadas, 
que arriesgaría mi vida en ello, 
En verbo y no en la práctica. 
En cualquier esquina libero mi ansiedad 
Porque cada fibra del cuerpo ruega 
por un sólo momento en el cual vaciarme.
En mi jadeante respiro,
en aquel poético chasquido.
cuando todos los problemas de mundo desaparecen, 
y puedo regodearme en mi vibrante necesidad.
Todo se funde,
todo se acaba y vuelve a comenzar.
Ese es el primer trago de una coca-cola. 
Después la tiro y abro otra. 


jueves, 17 de marzo de 2016

El tuit: respiración lingüística de la instantaneidad


*Trabajo académico presentado para la clase de Filosofía del lenguaje  del noveno semestre de la Licenciatura en Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas

La respiración como hecho de vida, trae consigo ciertos significados, los cuales pueden ser de buena o mala salud; la respiración puede implicar un cambio en los procesos del tórax, una reacción al peligro, al miedo o a la felicidad.  No sólo se trata de la experiencia de la vida, sino de la actividad. Así mismo el hecho de comunicar no se haya exento de todos los asuntos del ser humano. La humanidad encuentra su significado, tal vez, en su constante deseo de comunicar, no sólo de manera natural, instintiva o corporal, el ser humano expresa su interioridad.
La interioridad del pensamiento, que de la oscuridad de lo desconocido es articulado en ideas, en palabras, es el fin propio del lenguaje humano: “La realidad inmediata (realidad de pensamiento y de experiencia), la única a partir de la cual pueden emerger estas disciplinas y este pensamiento.”[1]  aunque no alejado de ese sistema de signos interpretables, implica de igual manera una serie de abstracciones aún no completamente comprensibles para el conocimiento humano. El hecho simple de conocer es tan extraño por sí mismo, a estas alturas no podría atreverme a tratar de esclarecer su significado.
Hablar de términos abstractos como el conocimiento ata al lenguaje mismo y su acción a la redundancia, y se es redundante cuando se intenta rescatar las formas propias de la conciencia, convertirla a palabras, simples palabras que en su uso cotidiano comunican mensajes tan simples y mundanos, como complicadas ramificaciones del pensamiento. Sentarse a escribir se convierte en un acto suicida cuando se agrede a las palabras, al lenguaje por su propia forma.
1.    acto de habla, acto de escritura
Pero decir es mucho más complejo de lo que se aparenta. El decir por sí mismo se encuentra también en el omitir, en el silencio, el espacio, el tiempo que se guarda. Incluso más que sólo el esperar comunicar expresando en voz alta contempla la posibilidad de fijarlo en el tiempo, en el papel y la tinta. Es muy diferente hablar de voces, de oralidad no escrita que de las palabras formadas entre grafías y códigos mucho más específicos como lo es un idioma, una normatividad como lo es la ortografía, en un miedo como puede ser un muro.
Con el paso del tiempo, el significado de las palabras cambia, la practicidad de las cosas se modifica. Las teclas de un teléfono celular hace unos años escribían mensajes de texto, se ocupaban más que sólo marcar números enviaban ideas cortas y directas. Poder enviar pensamientos en todo pensamiento y en todo lugar era la nueva forma de comunicación que modificaba y estandarizaba las relaciones. Actualmente el tweet es su correspondencia.

Si el silencio es como la soledad, la representación actual de ambos términos son las interacciones dentro de  internet. Las redes sociales como fenómeno tuvo un auge mediático de análisis y discusión social. Hasta hace poco, las teorías y practicas lingüísticas se dedicaron a estudiar estas nuevas formas de información.
Se habla de oralidad perdida en los últimos años, pero la instantaneidad del habla existe en la información que se comparte en la internet. El ejemplo claro existe al mirar la página principal Twitter, donde cada nuevo mensaje remplaza al anterior con segundos de diferencia, donde cada segundo significa miles de mensajes que se envían al mismo tiempo, como un millón de personas gritando al mismo tiempo.

El tuit (tweet) como el mensaje de texto, debe ser corto y directo. Debes expresar toda tu interioridad tan sólo en ciento cuarenta caracteres. Y cada mensaje debe representar una llamada de atención para el usuario, que le escandalice y le encante tanto para seguir leyendo, para expresar su gusto o compartirlo como propio. En tanto que la enunciación de cualquier oración, aunque sólo tenga una palabra, puede jamás repetirse: siempre es una nueva enunciación. El texto, en su instantaneidad, como corta expresión de una idea es autónomo y separado de cualquier texto anterior, porque cada palabra adquiere una significación diferente con cada uno de sus usos, el acto concreto del lenguaje situado en la enunciación. El texto como enunciado corto, individualmente está incluido en un discurso mucho mayor que es la página de inicio del sitio web, así cada tema, cada mención está siendo explicado por los millones de participantes.

            El acto de habla como toda acción que involucra al lenguaje, acción que implica una sentencia dentro de una convención transforma las relaciones entre los interlocutores de la comunicación. El hecho comunicativo implica el intercambio de información. El tuit puede ejemplificar el acto de habla dentro del contexto informático, pues trata de establecer un enunciado, un núcleo de significado independiente, una expresión. Austin declara: “expresar las palabras es, sin duda, por lo común, un episodio principal, si no el episodio principal, en la realización del acto (de apostar o de lo que sea), cuya realización es también la finalidad que persigue la expresión.“[2]
El ejemplo del acto de habla bajo la definición de Austin se haya en hacer una promesa, un juramente como en la enunciación que hace válido un matrimonio. Puede que no exista mucha comparación en cuanto a tuitear lo que sea como parte de la cotidianidad de cualquier persona “es necesario que las circunstancias en que las palabras se expresan sean apropiadas, de alguna manera o maneras”[3]. En cuanto a tuits específicos, como la agresión a cualquier persona publica, el hablar de algún tema inmediato de carácter mundial.
De acuerdo a esto los mensaje que constantemente se refirman en las redes sociales ejemplificarían la idea del acto, la promesa hecha entre los seguidores, quienes leen y quienes escriben. Las reglas que definen el acto de habla  de acuerdo a Austin son:
A.1) Tiene que haber un procedimiento convencional aceptado, que posea cierto efecto convencional; dicho procedimiento debe incluir la emisión de ciertas palabras por parte de ciertas personas en ciertas circunstancias. Además,
A.2) en un caso dado, las personas y circunstancias particulares deben ser las apropiadas para recurrir al procedimiento particular que se emplea,
B.1) El procedimiento debe llevarse a cabo por todos los participantes en forma correcta, y B.2) en todos sus pasos,
G.1) En aquellos casos en que, como sucede a menudo, el procedimiento requiere que quienes lo usan tengan ciertos pensamientos o sentimientos, o está dirigido a que sobrevenga cierta conducta correspondiente de algún participante, entonces quien participa en él y recurre así al procedimiento debe tener en los hechos tales pensamientos o sentimientos, o los participantes deben estar animados por el propósito de conducirse de la manera adecuada […]
Ahora bien, sí violamos una (o más) de estas seis reglas, nuestra expresión realizativa será (de un modo u otro) infortunada. De más está decir que hay diferencias considerables entre estas “formas” de ser infortunadas.[4]

2.     
Este acto, esa promese que se le hace a la nada es el grito en el espacio vacío que marca las relaciones personales. Se entablan conversaciones, se construyen relaciones y se crea una red de información tal vez entrecortada entre los eventos reales y el instante en que suceden que magnifica la experiencia comunitaria, convencional del habla, convierte al acto de la escritura en una oralidad artificial y las sustituye.  El tuit como evento lingüístico es como hablar del aliento que comunica entre los seres humanos.  Convierte al material desconocido de la mente en las palabras.
Freud repetía: Dilo en voz alta, esto porque la exteriozación del ser es la clave de la terapia que liberaría las patologías de la psique. La persona, el ser humano, se habla a sí mismo constantemente, así en voz alta, en los gritos que se esconden en la mente porque la incapacidad para reconocer y expresar los sentimientos es lo que lleva a la neurosis. Hablar sin parar para y de nosotros mismos, trasmitimos información constantemente, nos hacemos preguntas, buscamos respuestas. Nuestra conciencia es el interlocutor de las palabras. Escribir y lanzar un mensaje a la red de información es siempre por y para nosotros. Los enunciados creados en ese medio son una forma de exteriorizar el pensamiento, un único momento en que hablar la vida se vuelve valioso aunque sea en lo críptico del mensaje. Aunque no existe círculo comunicativo, la promesa que se ha hecho al grito comunitario.
Una avalancha de comentarios hedonistas cuya intención es únicamente desacreditar el comentario anterior llena las notificaciones de los usuarios. Cualquier noticia o tema de actualidad, por el simple hecho de ser publico parece darle la libertad a los interlocutores de expresar cualquier pensamiento por vacío que se considere por lo demás. Una simple frase entonces acarrea una serie de interpretaciones alejadas del contexto necesario para hacerse de un significado adecuado. El valor de la mayor parte de los comentarios, como se ha dicho antes es la agresión, otro ejemplo de estudio pertinente al acto; cuando se dice: es equivocado lo que dices, expresa el hecho de negar todas las sentencias anteriores, por obvio que parezca el narcicismo que expresa el acto es que la autoridad de quien desacredita todos los comentarios anteriores.
Una nueva forma de comunicación se crea constantemente con las nuevas creaciones tecnológicas, claramente implica una serie insinuaciones en las que el momento es el nuevo valor de las relaciones humanas que se crean constantemente. Las imágenes y las figuras remplazan poco a poco a las palabras, remplazan a las conversaciones, es la soledad y el silencio propio el que impera las formas en que los hombres, actualmente comparten la información. De esa forma el grito en el que participan los usuarios, los aísla, aunque el lenguaje comunica, de la misma manera los obliga a apartarse. Hablar de la interacción entre los hombres, también se vuelve redundante cuando el hecho comunicar se vuelve el tema principal del lenguaje que se alimenta y se explica.






[1] BAJTIN, Mijaíl, Estética de la creación verbal, Siglo XXI, México, 1999, p.294
[2] AUSTIN, John L., Cómo hacer cosas con palabras, Edición electrónica de www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCI, p.7
[3] ibídem.
[4] Ídem., pp. 10-11