miércoles, 6 de agosto de 2014

Improductividad

Yo no sé andar en bicicleta, nunca tuve una, no fue ese ritual infantil para mí, simplemente algo que no fue y que no comprendían. He estado más de veinte años sin saber y no me ha ido tan mal ¿mi vida hubiera sido diferente de haber aprendido? ¿realmente era indispensable aprender? y más importante ¿me hace falta ahora? Debe ser más el deseo de algunos de darme esa experiencia que el que me haga falta, o será qué los demás si imaginan lo pésimo de su vida sin la bicicleta, qué creen que es una de esas experiencias fundamentales para la vida; soy muy ignorante en eso. 
Pues aún queda mucha vida, espero que esa espera haga más placentera la experiencia. Mucha vida claro, si se aprovecha, un segundo puede valer más de diez años si se le saca jugo. Que lastima que sea yo quien lo diga.

martes, 5 de agosto de 2014

Grafomanía tuitera

Twitter se describe como el patio trasero del internet, ese espacio donde todos hablan de todo y uno puede enterarse de cada chisme. Mini-blogear, ciento cuarenta caracteres para acomodar los pensamientos más vacíos y espontáneos que puedas tener; es tan fácil tuitear, liberar esos pensamientos al aire como si cada movimiento de tu cerebro fuera tan brillante que mereciera ser compartido con los demás. Les parezcas o no interesante, ahí están, tus reflexiones sobre la vida, la moda, la gente que nunca conocerás, la gente que conoces, tus movimientos más triviales y tus ideas más infantiles; hay de todo, deportistas, reporteros, músicos, socialités, escritores y la gente común. Así me he enterado de muertes, de terremotos, tragedias, acciones vacías, romances famosos; hemos aprendido un poco más sobre la ortografía, la literatura, los pensamientos que nacen del alcohol de los pensadores y editores. Ahí están, en el instante. Puede que se guarden pero si no lo lees en el momento en que se escribe es difícil que llegara a ti. 
De vez en cuando yo tuiteo líneas interesantes, líneas que mis pocos seguidores marcan, que comparten entre los suyos, pero es algo raro, porque mis pensamientos no están hechos para compartirse o entenderse y sin embargo es tan catártico escribir, sólo para expresar algo, porque todos nacen con esa inquietud, de hablar de sí mismos y ser escuchados, de escribir sus ideas, lanzarlas al mundo y no esperar retroalimentación.
Si Milan Kundera dice que existe un escritor en los más profundo del alma humana no es que todos lo expresen y de manera válida, quién nos puede negar que los grandes nombres de la literatura no comenzaron como nosotros, hablando de sí mismos, de lo que conocen de la manera más simple y trivial, quién nos asegura que el taxista que escribe sus memorias no merezca tal reconocimiento, quién dice que el actor que escribe cuentos no lo hace de manera ejemplar, que el blogero que ha escrito cinco novelas que probablemente nunca se leerán no haga un ejercicio puramente literario.
Yo sé que existe una diferencia ¿acaso no nos dedicamos a estudiar eso? Nos llamamos expertos en literatura y no podemos definirla, No podemos notar la diferencia entre la experiencia en palabras y el ejercicio poético. Nosotros que estudiamos obras de teatro como si fuera una novela, que académicamente despreciamos la literatura gráfica, pero estudiamos los caligramas de Apollinaire. Hablan de tuiter-literatura pero no la comprendemos, tachamos de ignorantes a quienes se expresan en Facebook pero compartimos nuestros odios y cotidianidades en las redes sociales. Estudiamos grandes obras, estudiamos formas y sintaxis, despreciamos a nuestros contemporáneos, nos burlamos y destrozamos sus creaciones y nos ofendemos cuando nos hacen lo mismo.
Vivimos en el tiempo de la sordera, es el tiempo en que la soledad es más pesada que el entendimiento, y como estamos sordos y solos cada quien expresa un tema, lo grita y lo vacía al internet esperando ser alabado por eso, no hay quien lea por que los demás esperan ser leídos y no leer. Ya los resultados de esa necesidad de escribir no se pueden criticar, cualquier cantante escribe un libro y cualquier historia de amor insulsa se convierte en Best-Seller; no se produce arte, porque todos son artistas y nadie lo es.
Que bueno que nos queda el internet para expresar lo que se nos de la gana, pensamientos y experiencias vacías sin relevancia alguna para recordarnos nuestra propia inclinación egocéntrica. Es el superpoder de ser anónimo, de criticar sin haber leído, de hablar de lo que no se sabe y expresar nuestro odio sin limitaciones.

Y ya estando sordos, pueden seguirme en Twitter

sábado, 2 de agosto de 2014

Acércate (o mínimo sobre Zoom)



Parte del disco Sueño Stereo, último de la legendaria agrupación argentina Soda Stereo, Zoom tiene es hipnotismo, ese cadencioso ritmo que provoca toda clase de sensaciones y pensamientos, pero de ese disco no es la única, Disco Eterno desde las cuerdas de Gustavo Cerati puede poner en extrañas situaciones a cualquiera.




La connotación sexual en la música, y especialmente las letras de Soda Stereo siempre ha quedado clara para quien se tome un momento en pensarlo. Desde sus inicios con el doble sentido de Un Misil en mi Placard, las referencias orgásmicas -dicen- en Cuando Pase el Temblor, hasta la sugestiva Canción Animal.
Dicho con ese tono y con esa guitarra todo puede sonar sucio.
Pero es su versatilidad lo que convirtió a Soda Stereo en una de mis bandas favoritas, lo demás lo descubrí después.

A falta de sueño

No sé como pasamos de las variadas entradas de junio a un escueto julio, y ahora comenzamos agosto. Debo descansar, hace falta.

Me puse a pensar en eso, ahora que ya no he dormido como antes. No están para saberlo ni yo para contarlo pero he pasado mis madrugadas en la ocupación de esperar pasar el tiempo; bien gastado, hay que decirlo. Entre no dormir de día y no dormir de noche queda el cansancio rezagado, en mi caso significa mal humor.
Se me quito el hambre. Para variar un poco entre las ideas que se pasan y el mal humor que queda en medio -no a todos les toca, llega el beneficio sólo en ocasiones especiales-. Entre todo eso me puse a pensar -reiterando- en el no dormir; llegó a mí la información sobre esos casos al miedo al sueño, por la idea de no volver a despertar, mi mamá era muy así, ella soñaba -según decía- con ruinas, lugares desiertos y gente que la buscaba; pensaba mucho en el miedo a dormir. Era la clase de persona extremadamente sensible a la que le afectaba todo, las imágenes se le grababan detalladamente y lo sentía demasiado.
Se supone que el sueño es la exteriorización del inconsciente; el psicoanálisis se dividió mucho al respecto, pero la interpretación de los sueños fue la nueva puerta a la mente que nos ofreció Freud; llega a la conclusión de la realización de los deseos reprimidos, puede que en algún momento lo sean, pero existen otros símbolos que no se pueden interpretar así, aparecen entonces los arquetipos de Jung, que ofrecen un poco más, son imágenes universales que representan totalidades, que se pueden encontrar donde sea.
Desde este punto de vista enfrentarse al vacío, puede tratarse de la no existencia, yo pensaría en la muerte pero también en lo que significa no existir. Mis sueños están rebosantes de detalles, no hay espacios en blanco, se inundan en situaciones e imágenes y personas a cada rincón, parece que yo lo evito, cuando los demás se dejan rodear por la nada, como si quisieran entregarse a ella.
Tengo la inquietud, ahora no en el miedo a dormir, sino el temor a soñar, por que estando ahí, rodeado sólo por ti mismo, lo que quieres y conoces te dejas abrazar por el vacío, lo prefieres. Pero algo que observa desde muy adentro, se come la ansiedad, es eso que escondes de ti mismo que te asusta tanto, el ello al que tanto tememos, que tanto escondemos. Temerte a ti mismo, como si supieras que eres capaz de algo aterrador, algo malo ¿Todos son capaces de sentir ese miedo? ¿Será algo que les pasa sólo a unos cuantos? No todos tienen esa pulsión que los refrena de sí mismos. Hay quien sabe que es cruel y no puede evitarlo.
Me pongo a pensar, a falta de sueño.