jueves, 15 de septiembre de 2011

Sin un titulo en especial

Hoy no me siento muy patriótica, casi nunca me siento así. Hoy no siento ganas de celebrar, no siento que halla nada que celebrar, y mas allá de todos los problemas políticos y económicos que tenemos yo tengo mis propios problemas. Tal vez demasiado frívolos para considerarlos importantes pero no puedo decir que me siento feliz y contenta como para tomar el pretexto de la independencia y celebrar o para estar feliz.
No son en sí problemas, sólo una vibra extraña que me hizo estar de mal humor todo el día.

jueves, 1 de septiembre de 2011

CUENTO: Para antes de dormir

-Hace años cuando la tierra era joven- comenzó el padre -existió una niña que escuchaba el viento. El viento le hablaba le contaba sus secretos y le cantaba por las noches. La niña solo tenía a su madre que la cuidaba y le enseñaba a tratar a la naturaleza, a respetarla y a escucharla. Un día su madre enfermo gravemente, ni siquiera podía levantarse de la cama y la pequeña tenia que cuidarla todo el tiempo. Los médicos de la aldea en que vivían no sabían cual era su enfermedad y no podían tratarla. La niña…-¿Cómo se llamaba la niña?- interrumpió ella-No interrumpas por favor o no volveré a contarte una historia por la noche.-Lo siento – se disculpo ella.- Sarah, se llamaba Sarah.Anja le regalo una sonrisa.-Sarah salió al prado fuera de la aldea- continúo su padre –donde solía hablar con el viento, hay grito y suplico a la tierra que salvaran a su madre, que ella no quería que muriera. Suplico y suplico hasta que el viento le contesto que los espíritus de los humanos se mesclan con la tierra y se vuelven uno, que no debía llorar por su madre que ella iba a continuar cuidándola desde las austeras montañas, los inquietos mares o las cálidas arenas por toda la tierra. Sarah respondió que no quería perder a su madre, que se quedaría sola. El viento le dijo que debía probar que no era egoísmo su suplica y que era merecedora de la ayuda de la tierra; “debes ir al final de tu vista, donde el cielo y la tierra se juntan y tomar el ultimo rayo de luz durante el atardecer, y con este iluminar el rostro de tu madre hasta que la luz te obligue a cerrar los ojos”. Y así lo hizo camino hasta el final de la tierra, hasta donde la vista alcanza; atravesó las arenas del desierto, los impetuosos ríos de las montañas, los engañosos bosques hasta que llego a la playa y vio como el sol se ponía por el horizonte, y llorando alzo los brazos, cuando un rayo de luz descansó en sus palmas sintiendo un dulce palpitar que la hizo respirar una ves mas. Rápidamente regreso con su madre, cuidando que el dulce resplandor no se perdiera en la oscuridad. Al llegar hizo lo que se le ordeno; ilumino a su madre y mientras se iluminaba la habitación y esta se llenaba de una suave atmosfera cerro los ojos, perdiéndose entre la eternidad, al abrirlos se encontró abrazada por su madre quien le daba las gracias por lo que hizo. Sarah rompió en llanto. Un segundo después se encontraba sola en el prado consiente que su madre era ahora parte del todo, parte de la tierra. Llorando grito al viento “¡por que me hacen sufrir!”.Antes de pronunciar la palabra fin, Anja estaba apoyada en su hombro dormitando tranquilamente. Su padre la acomodo en la cama, le beso la frente y salió de la habitación.