domingo, 17 de noviembre de 2013

La que no está

*Ejercicio de escritura en el Taller de escritura creativa en la Unidad Académica de Letras, de la Universidad Autónoma de Zacatecas


Entre tantos golpes que se daba contra el buró, apareció en su mente la idea más perturbadora: moverlo de lugar. Aquella acción tan sencilla llenó su cabeza de terribles pensamientos, por qué el imaginar su dedo gordo sin los golpes matutinos que causaba aquel viejo buró significaba imaginar tropezones fuera de lugar, y desequilibrios que la empujarían por la ventana; claro que la ventana no era del espacio suficiente para que todo su cuerpo cayera al vacío; peor aún, si no caía seguramente su pierna quedaría atorada entre el marco y la rompería en tres partes, desprendiéndose y rompiendo la piel dejando ver lo blanco del hueso. O acaso su espalda se golpearía y permanecería postrada por siempre en una silla de ruedas, con un tuvo para soplar como único medio de movilidad.
            Y mover el buró, significa mover la cama ¡No! Mover la cama, es mover la lámpara, mover la mesa, luego ¿dónde se ponen los vasos, las pastillas, los libros? Además de que todo quedaría desproporcionado. El espejo, el ropero ¿y la luz? Hay que cambiar la iluminación.
            No es sencillo fijarse en todos esos detalles, pero para eso están y para eso está ella “Y si yo no me fijo ¿quién lo hará? Luego no ven lo que hay y no encuentran nada, lo desordenan todo. Hacen que pasen cosas”. Constantemente lo repetía en sus pensamientos; es más fácil seguirse golpeando, al fin y al cabo ya se habían acostumbrado al dolor.
            Cada vez que su mente se atestaba de aquellas reflexiones, se repasaba constantemente el antebrazo, rascándose muy a penas con unas uñas tan cortas que quedaban en carne  viva, (por qué ¿cómo dejarlas largas? Luego se atoran, se rompen, se infectan, rasguñan, se entierran y demás) rascando y rascando hasta hacerse enrojecer la piel, ya antes se ha sacado sangre, un poco largas hasta la rompen, ya ha pasado.
            En una de esas veces se agarraba la muñeca, la apretaba convencida de que la tenía fuera de lugar, la golpeaba contra la pared con la intención de acomodarla, la golpeaba hasta dejarla amoratada. Pocas veces podían evitar que se hiciera daño, llegaban incluso a amarrarle las manos, que se fueron quedando sin huesos, las mordisqueaba tratando de romper el cartílago y encontrárselos.
            Cabe mencionar que los detalles no eran lo único que le obsesionaban, también las situaciones, las posibilidades y los acontecimientos, principalmente aquellos que tienen finales violentos que casi siempre incluyen heridas mortales. La muerte misma es una presencia constante; después de todo, de eso se trata la vida, de morir. La obsesión con la muerte comenzó desde muy temprano. Darte cuenta de la extinción de todo lo que conoces, a los siete años puede traer repercusiones. Durante ese tiempo dejaba de dormir, no sólo por el temor a no despertar, sino que al cerrar los ojos las perturbadoras imágenes acosaban sus sueños; las pesadillas eran tan comunes, que tuvo que hacerse a la idea de no dormir más. Durante mucho tiempo la vigilia funcionaba sin que nadie se diera cuenta; alcanzó a leer todos los libros de la biblioteca, y adquirió alguna de esas habilidades que parecen ser inútiles, pero bastante interesante para iniciar conversaciones, alguna de ellas fue aprenderse el abecedario desde atrás hacia adelante, al igual que aprender a decir casi cualquier palabra al revés.
            Los buenos días del no dormir no fueron muchos, el cansancio y las pesadillas hacían que la realidad cambiara para ella. De repente las paredes cambiaban de lugar, se la pasaba chocando contra las puertas que no eran las mismas, las paredes se retorcían, se alargaban y disminuían. Siempre miraba el mismo punto con temor a que cambiaran las cosas si se distraía, con los ojos rojos y cansados, con la respiración entrecortada y rascándose el antebrazo que estaba ya rojo, con las heridas abiertas y la sangre seca.
            Pastillas para dormir y no soñar era la solución, pero primero había que calmarla, por qué de dejarla alucinar no sólo se hará daño a sí misma, sino a todo lo que pueda. Se acurrucaba entre las piernas de su madre, que se sentaba en su cama a acariciarle el cabello y cantarle suavemente las baladas de su abuela; pero su madre no duró, se negaba a creer que una de sus hijas tuviera alguna condición de locura, como mencionaba el padre de su esposo, llegaron a decir que estaba poseída, que fue maldecida al nacer, cosa inaceptable, si las demás nacieron perfectamente bien, sin ideas raras en la cabeza, extrañas obsesiones y la costumbre de hacerse daño. El miedo a aceptar la enfermedad de su hija la obligo a irse y no volver.
            Las pastillas sólo surtieron efecto acompañadas con sedantes para mantener la calma, junto con mucha agua, transparente y sin sabor, no puede tenerlo, la idea por si misma se escuchaba repugnante, de todos modos tantos medicamentos le quitaban el gusto para casi todo, la hicieron enflacar de forma alarmante, ahora había que conseguir pastillas para tener apetito, vitaminas para no debilitarse; pastillas para permanecer despierta, para no agotarse y claro, para la ansiedad.
            “Yo así nací” le decía constantemente al psiquiatra, aquel que le hablaba de la química de su cerebro que la hacía desquiciarse por los detalles y que creaba las violentas imágenes a su alrededor. Tal vez haya nacido así, nadie lo hubiera notado hasta aquella vez que estaba convencida en las habilidades que tenía para volar, no decía nada simplemente se lanzaba desde la cama, la mesa, hasta la reja del patio cuya caída le rompió el brazo. Su padre y el médico le hablaban sobre las heridas, la sangre, las enfermedades y la muerte, fue entonces cuando las pesadillas comenzaron.

            Claro que ahora ya no soñaba, la noche se limita a cuatro horas y a veces menos, cuando al levantarse por un vaso de agua fría su dedo gordo se golpeaba brutalmente contra el buró. Y es que todavía hay que moverlo todo.

La locura como orden del caos. La figura del rey como punto de partida

*Trabajo académico presentado en la case de Literatura Renacentista Europea en quinto semestre de la Licenciatura en letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas.


La estabilidad mental que hoy en día presumimos, no es más que una reinterpretación de distintas formas de enajenación; la locura que tal vez no vemos como tal o que ignoramos completamente. Cabe mencionar que nadie es mentalmente sano, todos rayamos en los niveles del inconsciente, desde el neurótico hasta el psicótico, en menor o mayor nivel. Esta interesante introducción tiene como propósito la reflexión sobre la mente inestable, que está a un soplo del desplome total.
La teoría es qué, como se dijo alguna vez: la locura es como la gravedad, sólo necesita un empujón. La postura de la que se parte es que el orden creado, siempre en busca de la restauración explota en elementos violentos para reestablecerse. La incapacidad de cumplir un papel determinante para la tranquilidad y la estabilidad de la sociedad, induce la aparición de la desesperación que desencadenara, más adelante, en la locura.
La tragedia Shakesperiana El Rey Lear nos presenta una historia de senectud, pero es la intención del reordenamiento el tema a tratar. En la obra, el personaje principal corrompe su reino al dividirlo; buscado la paz en el cuidado de sus hijas, y al no tenerla que busca es que el equilibrio principal se rompe.
Al hablar de locura, tenemos que tener en claro el nivel de expresión, en este caso literariamente. En la obra dramática la realidad llega a través del bufón, qué es la representación de la verdad, encarna la inestabilidad mental y su declive emocional, en este caso del rey. El bufón no busca entretenerlo sino explicarle la situación, aquello que no se le dice, que no entiende aparece en comentarios irónicos y canciones burlescas
LEAR
¿Desde cuándo has aprendido tanto?

BUFÓN
Desde el día, tío, en que tus hijas pasaron a ser tu madre. Pusiste, en su mano las disciplinas y te bajaste los calzones.
Lloraron ellas de alegría
Y yo canté de pena
Al ver un rey jugar al escondite
Y andar entre locos...
Busca un maestro que te enseñe a mentir; tu bufón quiere aprender a mentir. [1]
La verdad que nadie más dice, la realidad de la que el rey no es consciente la expresará siempre el bufón, que debe buscar el entendimiento y la razón de los errores que el rey comete.
La desesperación y la duda se encarnan en quien, más que un personaje es una entidad que habla con el público, con los actantes en la obra. El rey ya no es capaz de comprender la situación, por lo que necesita de este para que se lo explique. Las expresiones de locura aumentan; lo principal es dejar en claro que el orden ha sido corrompido.
El orden de la naturaleza es expresado claramente, el rey es el centro de este, la parte principal del proceso es la renovación que existe gracias a su progenie, el hijo siempre  va a redimir al padre. En este caso el rey no tiene herederos masculinos, no hay una sucesión directa, puesto que la figura de la hija no posee la misma carga simbólica, además esta figura se divide en tres, ahora hay pérdida, no hay punto de partida y la instabilidad explota en forma caótica. La división del reino representa este caos, más allá de las intenciones ocultas de dos de sus hijas, es fragmentar el círculo, crear anarquía en el conocimiento. Al no haber redención inicia el desequilibrio principal. Surge la desesperación por haber perdido el dominio. El poder no se encuentra en la figura central, está fragmentado.
El centro de la estabilidad tiene un origen divino. El rey es la elección misma de Dios en la tierra, puesto ahí para hacer su voluntad. Para hablar del orden alrededor de un ser. Jung diserta sobre la figura del rey en las cuestiones psicológicas de la comunidad, y nos explica que el inconsciente colectivo da carga mítica a un símbolo, sólo de esta manera obtiene verdadero poder, dice: “El rey representa la personalidad eminente que al estar por encima de la limitación común se convierte en portadora del mito, es decir, en la expresión del inconsciente colectivo”[2].
Sin rey no hay identidad, no sólo no se ostenta un poder propio, sino que arrebata la conciencia a su pueblo o nación “… el inconsciente colectivo, cuyo núcleo, centro y principio ordenador […] es el sí-mismo”[3] hablamos de cuestiones colectivas, que superan el honor que pudiera existir como móvil de la anécdota. Todo esto nos lleva a un estado público defectuoso, el cual necesita ser mejorado. Antes que nada la figura divina debe ser recuperada, como modelo mítico y expresión de la conciencia.
La naturaleza siempre intentará regenerarse. El pensamiento humano es volver a comenzar para que el caos desaparezca. El razonamiento no comprende una situación desequilibrada, pues el orden es el fin práctico y lógico. Este es el punto donde se pierde el juicio, para que el ciclo vuelva a comenzar otra vez, es necesario llegar al punto climático. La locura -como la llamamos- seguirá creciendo hasta encontrar el lugar de reinicio.
La tormenta que aparece, dualmente con la locura del rey llegará a su clímax junto con este. El rey se despoja las limitaciones para crear otro cosmos que debe remplazar la inestabilidad que se formó, es entonces cuando relaciona su estado de deterioro con el poder de la naturaleza que emerge:
LEAR
Retumbe tu repleto vientre, escupe fuego, arroja agua […] ¡Oh elementos! Ni les di mi reino, ni los llamé hijos, ni me deben obediencia. Satisfagan sobre mí su horrible goce. Aquí me tienen esclavo suyo, desamparado, indefenso, débil y escarnecido viejo…[4]
El rey se nombra “desamparado, indefenso, débil y encarnecido…”, ha perdido su autoridad mítica. Antes el bufón le menciona:” […] es una noche está que no tiene compasión de los cuerdos ni de los locos.”[5] Caos exterior, sí es el deterioro de la mente, pero más que nada la expresión de la naturaleza que intenta limpiar los errores.
El estado decrepito está necesitado de la renovación “…se sobrentiende, pues con la edad decrece la fuerza mágica del rey”[6] El comienzo de la locura, es la incertidumbre hacia el amor de sus hijas, el futuro de su linaje, de su poder y la desconfianza de sus allegados. Es importante que no haya duda en cuanto al ordenamiento, pues este es lo que le da significado a los otros componentes de la cosmogonía, debe mantenerse siempre estable.
La situación lleva expectativas específicas que deben ser cumplidas para continuar con el ciclo. El monarca cometió un error, al pensar en sí mismo antes de las necesidades del pueblo. Su principal idea es tener una vejez tranquila, apoyado en sus hijas. Ellas al pensar en su voluntad y ambición, terminan traicionando la confianza, cambiando el orden, provocando la locura y obligando al cosmos a regenerarse, a través de la muerte. Este camino debe ser violento, y en este caso no se trata sólo del fin de una vida, sino de la razón inexistente y la locura que crea esa violencia, que se exterioriza en la tormenta: “La ira del cielo…”[7] expresa el Conde de Kent. Pero este no es el verdadero comienzo. Esta renovación debe ser sellada con sangre, con la muerte que es el proceso para que pueda comenzar de nuevo. El rey enfermo debe morir.
El fin de una vida no trae consigo la extinción, hablamos de un renacimiento. La fuerza mitológica de la muerte reside en el ritual que representa, Eliade nos lo explica en el sentido sagrado del mito, dice: “La muerte iniciática reitera el retorno ejemplar al Caos, de tal caso que se hace posible la repetición de la cosmogonía, la preparación del nuevo nacimiento.”[8]
Es la intención principal del este estado climático en particular: crear, deteriorar y volver a empezar. Como el deterioro fue brutal, es necesaria la sangre y la condición trágica para que el nuevo comienzo, no sólo de continuidad, sino comprensión del error, aprendizaje y evolución  “La transferencia del alma sólo es posible por medio de un sacrificio sangriento.”[9] Que comienza por la estirpe misma del rey, que verá morir a sus hijas antes que él.
LEAR
¡Y ahorcaron a mi pobre loquilla! ¡No, no vive! ¿Por qué un perro, un caballo, un ratón tiene vida, y tú no? ¡No, no volverás nunca! […] ¿Ven esto? Mírenla, miren su boca, mírenla, mírenla… (Muere)[10]
La solución de toda crisis existencial es algo que vacíe las experiencias y necesidades: bajar al inframundo. Continuación de conciencia, expresión del conocimiento y una formación de identidad. La muerte es necesaria, no sólo como reordenamiento y renovación, sino como fin de la experiencia.
ALBANIA
[…] El más anciano padeció más que nosotros; los jóvenes no veremos todo lo que él vio ni viviremos tanto.[11]
La inseguridad, la desesperación y la desaparición del raciocinio aunado a la disminución de las capacidades para ver la realidad que existe, y para tomar las decisiones adecuadas por el bien de la comunidad que personifica la figura mítica del rey, es aquello que empuja a la locura, que finalmente libera la frustración y restablece el equilibro; el cosmos dentro del caos. Un mundo purificado del pecado.
Acción tiempo y espacio, elementos que en la dramaturgia determinan el contenido y la forma de la obra. Estamos frente a una tragedia, por el tratamiento de los personajes, por el final catártico y el tratamiento del lenguaje; es una representación propia de la cosmogonía, fidelidad del contexto histórico, pero de la formación real de la psique humana y la conciencia del ordenamiento. La naturaleza buscará siempre reacomodar el conocimiento por cualquier medio, hablamos de un tiempo cíclico que forma una identidad, reconocible en todos los niveles. La expresión del ser humano en el arte.






[1] SHAKESPEARE, William, El Rey Lear, Autores Selectos, Grupo Editorial Tomo, México, 2009, p. 416.
[2] JUNG, Carl Gustave, Mysterium Coniunctionis, Editorial Trotta, España, 2007, p.255
[3] Ídem, p. 272
[4]SHAKESPEARE, William, Op. Cit., p. 438
[5] Ibídem.
[6]JUNG, Carl Gustave, Op. Cit., p. 270
[7] SHAKESPEARE, William, Op. Cit., p. 439
[8]ELIADE, Mircea, Lo sagrado y lo profano, Guadarrama/Punto Omega,  4ta Ed., traducción de Luis Gil, 1981, p. 119.
[9]ELIADE, Mircea, Óp. Cit., p 36
[10]SHAKESPEARE, William, Óp. Cit., p. 475.
[11] SHAKESPEARE, William, Óp. Cit., p. 476.

Recapitulación

Son extrañas las relaciones que han aparecido en el camino. Me llama la atención por qué constantemente miro hacia atrás y reconozco que me encuentro en situaciones que no imaginaba, que me sorprenden en muchas formas. Las personas que llegan y se van es otra forma de interpretar la vida. Las decisiones que se toman y las que se omiten. 
La forma de pensar que teníamos hace dos años, ahora parece absurda y extraña, no sé si es por qué hemos madurado, por qué nuestra visión del mundo ha cambiado, varias cosas se han descubierto y se han reformulado, aún hay mucho camino que recorrer.
Como dato curioso, me da miedo el silencio, no la oscuridad. Siempre debe haber sonido, incluso cuando leo, por que hay cosas que se pueden escuchar cuando todo lo demás se calla, eso me da miedo. Como encontrarme conmigo misma entre las voces, pensar en lo que puedo llegar a escuchar me aterra.
Me aterra envejecer, deteriorarme y perderme de tanto. Me da miedo no vivir. Es por eso que llegue una decisión, aún no sé si realmente lo haré, pero me sorprende lo convencida que me encuentro, algo inaudito en mí.
Soy celosa, pero nunca lo demostraría; puedo desconfiar, aunque no lo diga. Sólo eso...

sábado, 16 de noviembre de 2013

El sacrificio heroico: La muerte de Creúsa y la caída de Troya, el verdadero comienzo del viaje

*Trabajo académico presentado para la clase Literatura Griega y Romana del tercer semestre de la licenciatura en letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas


Siempre existirán historias que contar, figuras a seguir, sueños que realizar y viajes que tomar. La historia de la humanidad está plagada de mitos que tratan de explicar el porqué de las cosas. Continuamente encontraremos a los héroes que servirán de inspiración a generaciones, que alcanzan incluso ahora en esta época, como parte del inconsciente colectivo. Aquellos que han sufrido decepciones y pérdidas, han obtenido recompensas y conocimiento, para sobrevivir en el mundo como nuevos hombres y mujeres.
La Eneida, obra del poeta Virgilio, nos presenta a Eneas, un hombre con un destino y un ciclo que completar. En este viaje encontrará desafíos y pruebas que lo conviertan en un verdadero héroe, sin embargo su aprendizaje se pagará con sacrificios que marcaran su camino. En la búsqueda por salir de una Troya agonizante, pierde compañeros y una patria, sin embargo pierde también una esposa, una compañera de vida. Una mujer que se aferra a su lugar a lado de su esposo y toma su lugar quedándose en una acabada Troya.
¿Qué es lo que significa cualquier pérdida en el viaje de Eneas? Principalmente, el significado de perder una esposa en un momento de caos y tensión. Será ¿Qué no hay lugar para una vida más? especialmente aquel que se aferra a su familia y a sus raíces. Es de llamar la atención que Eneas pierda una esposa, cuando en contraste, justamente a Ulises lo esperaba fervientemente su mujer en La Odisea de Homero, ya este viaje era un regreso a casa, de otra aventura diferente, un continuar con la vida diaria, que es lo que representa la familia y la patria de Ulises. Y, aunque cumple con las características del héroe mitológico la diferencia es notoria, en La Eneida, hablamos de un nuevo comienzo, mientras que La Odisea es el verdadero final del ciclo heroico.
Finalmente Eneas vuelve a la soledad, siendo obligado a dejar a su compañera y más adelante a abandonar a la Reina Dido. Eneas tiene un destino, una aventura o viaje heroico que seguir, sin embargo ¿Cuál es el costo de este viaje?
En todos los mitos, historias o leyendas existen personajes que son obligados a salir de su entorno en busca de algo más grande e impresionante. Ya sean personas que siempre han soñado con aventuras, o aquellos que no tienen más opción que seguir un destino prestablecido. Atrozmente los enemigos griegos han devastado el hogar y la vida de los troyanos. La cruel guerra por una mujer, era en verdad por el territorio más allá del mar. Eneas, hijo de la diosa Venus ha sido obligado a cambiar su vida, sin embargo en su destino está escrito el más grande imperio.
El héroe mitológico es aquel arquetipo que ha inspirado generaciones, es a través de ellos que la cultura humana sitúa sus grandes sueños e ideales. Son, como menciona Joseph Campbell en su libro El Héroe de las mil caras[1]: […] las imágenes básicas del ritual, de la mitología y de la visión.[2] Una visión cosmogónica de la realidad.
Campbell define al héroe como: el hombre o la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar sobre sus limitaciones históricas personales y locales y ha alcanzado las formas humanas generales, válidas y normales.[3] Eneas es un tipo heroico cuyo destino ya está escrito, fue arrebatado violentamente de su entorno, alterando su vida. Su viaje es la única forma de seguir con su vida, la única forma de ayudar a sus seres amados, de esa manera triunfar sobre las adversidades y sus propias limitaciones.
Un hombre común para poder convertirse en héroe, según Joseph Campbell, debe de pasar ciertas pruebas que completen su viaje personal, del cual el regreso le dará la habilidad de ayudar a quienes lo rodean. Como todo héroe, busca un hogar y la paz para su familia. Sin embargo ha dejado atrás, algo más que Troya. Es ese sacrificio en el quisiera profundizar más adelante.
Antes de la aventura, el héroe debe profundizar en sí mismo. A esta etapa Campbell la nombra: La negativa al llamado. Eneas debe tomar el destino en sus manos, debe de hacer una introspección para que así su viaje sea legítimo. Puede elegir si continuar o seguir un camino contrario. Siempre buscando su destino por su propia convicción, a diferencia de otros héroes mitológicos, que no poseen el libre albedrio para elegir.
La aventura ha comenzado, Eneas ahora tiene el propósito, no sólo de proteger a los suyos, sino de llegar a las costas de Italia, dónde debe alzar las murallas de una nueva Troya, dando paso a los Romanos que conquistaran el mundo conocido. Su camino es oscuro e incierto; esta frente a lo desconocido, frente al peligro, esta incertidumbre provoca miedo, incluso terror o pánico, El héroe debe anteponerse ante estas emociones. El peligro desaparece para aquel que es capaz de enfrentarlo. Campbell menciona el viaje o la aventura describiéndolo de esta manera:
La travesía del héroe mitológico puede ser, incidentalmente, concreta, pero fundamentalmente es interior, en profundidades donde se vencen oscuras resistencias, donde reviven fuerzas olvidadas y perdidas por largo tiempo que se preparan para la transfiguración del mundo[4]
La aventura es un ciclo, el viaje es un rito, ya que su propósito es renacer del caos. El tiempo es un ciclo sin fin, una repetición de sí mismo. El ciclo comenzara de nuevamente cuando: la tempestad y la desolación hayan llegado a un punto insoportable.[5] Es en este punto en el que comienzan las pruebas, y los ritos que deben suceder para llegar a la aventura. El héroe debe dejar algo atrás.
Se podría decir que verdadera finalidad de la aventura, es el conocimiento sagrado, que lo convierta en una mejor versión de sí mismo, capaz de las cosas a las que antes no podía aspirar.  Se debe de hablar del rito en un contexto religioso, porqué precisamente la religión (de una manera simple) es una experiencia personal en busca de lo sagrado. El historiador, experto en religiones Mircea Eliade en su libro Lo Sagrado y lo Profano, ve al sacrificio partiendo desde el rito, que ejemplifica como: [] Sufrimientos, muerte y resurrección (renacimiento).[6] Son ciertos modelos, los cuales deben cumplirse para llegar al destino que se le ha prometido al héroe.
Para llegar a este conocimiento, el sufrimiento es inevitable. Según Eliade El conocimiento sagrado y, por extensión, la sabiduría se conciben como fruto de una iniciación[7] La verdadera iniciación sólo puede ocurrir por medio de un intercambio, el intercambio debe de ser la muerte, ya que el héroe aspira a algo mucho más grande de lo que puede imaginar, debe de estar dispuesto a una perdida de tal magnitud. Eliade explica que aquel que busque que su nueva construcción (en este caso un imperio) sea duradera, esta debe de recibir una vida y un alma. Esta transferencia sólo puede ser posible por medio de un sacrificio sangriento. [8] La muerte siempre esta seguida de un nuevo nacimiento.
Dentro de la obra de Virgilio los sacrificios que deben pagarse por la nueva vida de Eneas son varios. Pierde a su padre, destroza en corazón de la Reina Dido quien se quita la vida, pierde a sus amigos y deja a Troya en llamas a manos de los griegos. Es en esta misma Troya caída, que su esposa Creúsa se pierde en la locura de la masacre. El sacrificio de Creúsa es claramente necesario para la nueva vida y el destino que le espera.
La vida de los troyanos se apaga, sin embargo Venus le da una nueva oportunidad a su hijo e intercede por el. La ayuda divina es fundamental en el viaje del héroe, pero llegará el momento en que deba salir solo al mundo y enfrentar los miedos y peligros que le esperan. En su nuevo hogar encontrara una nueva esposa, que le dará el poder de gobernar a los nativos. En Italia la gente espera ser gobernada, pero la descendencia que gobernara en Italia debe de ser de sangre italiana, sólo su nueva esposa le dará el carácter de Rey. Sin embargo Creúsa existe sólo lado de Eneas, incluso hasta el final de sus días. Ella se cuenta a sí misma y a su hijo a lado de su esposo, y se arroja a sus pies diciendo:
Si te diriges a la muerte, llévanos también a nosotros. Y si tienes tanta fe en tu experiencia y bravura, y fincas alguna esperanza en el poder de tus armas que has tomado, entonces defiende antas que nada este palacio. ¿Por qué abandonas a tu pequeño Iulo, a tu padre y a la mujer que en otro tiempo llamabas esposa?[9]
El deber de Creúsa está claro que como mujer existe a lado de su esposo, aquel hombre que ha jurado seguir. Ella expresa que ese deber existe incluso en la muerte, su intención es persuadirlo a salir de Troya, preservar la vida de él, y de su familia, es ese el real propósito de Creúsa, darle la razón a Eneas de seguir. En este punto su razón de ser es persuadirlo de pelear, encaminarse a salir de Troya con su familia.
La nueva imagen es la destrucción, pero a mitad de eso es la visión de la calma cuando Creúsa está nuevamente frente a Eneas. La vida de Creúsa se ha apagado, sólo así cumplirá su destino. Esta visión expresa: “Tú vida en Troya se ha acabado”. Ya no hay nada que ate al héroe, sólo se puede avanzar. Dentro del rito esta perdida significa un proceso: [] la muerte viene a considerarse como la suprema iniciación, como el comienzo de una nueva existencia espiritual [][10] La regeneración de aquello que debe morir.
Todo cambia, nada muere. Es la idea principal dentro del pensamiento cosmogónico del sacrificio de acuerdo a Mircea Eliade. El rito es un ciclo infinito, el cual debe completarse para dar comienzo a otra cosa. La vida debe cambiar, el propósito de Eneas es el de crear un nuevo mundo a partir de la muerte de otro; asumir la responsabilidad de mantenerlo y renovarlo. Su existencia se compromete a llevarlo a cabo.
Aunque esta claro que la caída de Troya es inevitable, su recuerdo como la imagen de Creúsa es una forma de darle valor al héroe, que debe dejar atrás ese ciclo, manteniendo siempre el sacrificio como una remembranza sobre que, lo que se avecina valdrá la pena. Creúsa le dice a su esposo: Ya no llores más por tu querida Creúsa.[11] Quien muere como troyana, no sufre las infamias de ser una esclava, ni de servir a griegos. Menciona orgullosa sus raíces [] yo seguiré como siempre, siendo dardánida […] La poderosa madre de los dioses me retendrá para siempre en estas riberas […][12] Creúsa vivirá por siempre en las tierras de Ilión, dónde verdaderamente pertenece.
Ahora que el sacrificio se ha consumado y el ciclo termino. Es momento de continuar con la aventura. Las pruebas, por las que el héroe debe pasar dan comienzo a la búsqueda del conocimiento y la experiencia. Ahora es cuando el héroe debe cruzar el “umbral” como lo nombra Campbell, mejor dicho lo desconocido. Anquises, padre de Eneas, le habla a su hijo en sueños, le dice: […] desciende a las moradas infernales de Dite y, penetrando en el profundo averno, ve, hijo, […] Allí te conducirá la casta Sibila […] entonces conocerás toda tu descendencia y qué ciudades te están destinadas […][13] A Eneas le revelan su misión en el inframundo, lo que debe aprender sólo lo descubrirá más allá de la vida, este conocimiento sagrado no se le puede otorgar en los dominios del hombre. En las tierras de Plutón, descubre y entiende sucesos que le abren la puerta a “este” conocimiento. Eneas ve a su padre, conoce el destino de la Reina Dido y finalmente entiende por completo el porqué de su viaje y de su destino. El sacrificio, el rito y el viaje han dejado su aprendizaje, ahora él debe vencer a la muerte, de nuevo aparece el concepto de la resurrección.
El héroe en vez de conciliar o conquistar el umbral, es tragado por lo desconocido y pareciera que ha muerto; Joseph Campbell lo llama el vientre de la ballena, dónde una parte de él morirá. Se liberará de su ego y deberá pasar las pruebas con humildad, siempre ayudado por agentes divinos, consejos y sabiduría  que ha encontrado en su camino. Dice Joseph Campbell: La verdadera prueba es una profundización del yo […] la pregunta es ¿Puede el ego exponerse a la muerte?[14] De nuevo ocurre una muerte, una muerte espiritual. El Eneas que ha dejado Troya, muere en su descenso al inframundo, pero renace más sabio y capaz cuando sale de las puertas del infierno.
Ahora su aprendizaje será puesto a prueba. Eneas debe probar que es digno de tal destino y del nuevo mundo y la nueva vida que le esperan. Esta prueba es su conflicto con Turno. Ambos pelean por el poder de Italia, por la mano de una mujer que implica un reino. Esta es la ultima prueba en el viaje.
En conclusión, Eneas finalmente resurge del infierno, llegó el momento de mostrarse a si mismo como el nuevo regidor, completamente capaz y de completar el viaje. El rito termina al vencer a Turno en un evento de vida o muerte. Eneas sale triunfante, todo un héroe completo que ha cumplido con su destino, su viaje y su aprendizaje. Él regresará de su aventura portando una nueva sabiduría y la habilidad de cuidar a aquellos que desea proteger, regresará con la virtud para enfrentarse a la nueva etapa que le espera. Se ha alzado frente a la adversidad.
Dentro del rito por el cual Eneas debe de pasar para completar su destino y llegar a su nuevo hogar, el sacrificio por el nuevo comienzo: la muerte de Creúsa, pues su razón de ser ha terminado, en esta nueva vida no hay lugar para ella. También la caída de Troya, cuya existencia está relacionada, así como el descenso al inframundo. El final de una vida y el pago por el nuevo ciclo que comenzará, del nuevo Eneas que ha de llegar a Italia.
Para finalizar, el aprendizaje real es el entendimiento de que todo nuevo comienzo, requiere un sacrificio de igual magnitud, una muerte que mantenga el equilibrio dentro del ciclo. La razón de la muerte de su esposa es abrirse a nuevas posibilidades dentro del camino, sin una esposa que le ate a Troya, pero sí una familia que proteger y un recuerdo que le ayude a continuar. Ahora existe la posibilidad de gobernar realmente en otras tierras. Finalmente el héroe ha de renacer.




[1] Obra que en la Campbell que analiza el arquetipo del héroe mitológico.
[2] CAMPBELL, Joseph, El héroe de las mil caras, Fondo de cultura Económica, México, 1959, p. 19.
[3] Ibídem.
[4] Ídem, p. 24.
[5] Ídem, p. 149.
[6] ELIADE, Mircea, Lo sagrado y lo profano, Guadarrama/Punto Omega, 4ta Ed., traducción de Luis Gil, 1981 p. 120
[7] Ídem, p. 121
[8] Ídem, p. 36
[9] Virgilio, La Eneida, Grupo Editorial Tomo, 2010, México, p. 61.
[10] ELIADE, Mircea, Óp. Cit., p. 121
[11] Virgilio, Óp. Cit., p. 65
[12] Ibídem.
[13] Ídem, p. 141.
[14] CAMPBELL, Joseph, Óp. Cit.,  p, 67.

La frialdad artística de la interacción humana (A partir de un cuento y una canción)

*Trabajo académico presentado para la clase Introducción a las ciencias del lenguaje y la comunicación del tercer semestre de la licenciatura en letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas. 


Somos parte de un sistema y respondemos a ciertos códigos y canales del mismo. Somos un sistema mismo, cada parte de nosotros responde a esquemas, todo forma un equilibro del que no somos conscientes la mayor parte del tiempo. El detenernos a escuchar lo que decimos es sólo el principio. Todo a nuestro alrededor comunica y respondemos a esa información, nos comportamos dentro del sistema en círculos que mantienen una interacción y una respuesta con todo lo que nos rodea. Ya conscientes del ciclo y la retroalimentación, estamos en el punto de ver que eso nos beneficie, el propósito es hacer más fácil el manejo de esa información.
El concepto de comunicación está abierto a tantas posibilidades y formas que puede transformarse, la misma interacción se transforma a lo largo del tiempo y se adapta a las épocas. Será ¿qué simplemente existe y los seres que se comunican se adaptan a ella? Nosotros como seres humanos, nos adaptamos a la vida y al ambiente, igual que nos adaptamos al comportamiento y al ambiente, ya sea de forma genética o cultural, nacemos para subsistir en el mundo. En esta época la transformación comunicativa, aunque cumple los mismos patrones, se hace a través de medios y no de formas. El código permanece intacto, incluso manifestando pequeñas mutaciones, se irán adaptando después, manteniendo una esencia. El canal por otra parte se vuelve difuso e impersonal. De pronto las necesidades de los hombres se reducen a un mínimo de intimidad, siempre en una cómoda distancia. Aun cuando ese acercamiento puede significar facilitar la vida en cualquier contexto.
Dentro del contexto de la comunicación impersonal, encontramos un espacio de manifestaciones sentimentales en el arte, la mayor fuente de comunicación humana, a partir de este desahogo de sentimientos y percepciones, se ejemplifican estas problemáticas sociales. Ya dentro del arte, la música popular específicamente filtra estas interacciones frías y vacías, cuando tienen como modelo, relaciones cortas y frívolas, necesidades que se cumplen con artefactos y estatus cibernéticos. Sin embargo la sociedad consumista no es el tema que concierne realmente, sino la manera de expresarlo a través de la música
El verdadero problema se hace a través de la interacción entre comunicantes. En el libro Teoría de la comunicación humana se alude acerca de las relaciones como: […] sistemas interacciónales serán dos o más comunicaciones en el proceso o en el nivel, de definir la naturaleza de su relación[1] En este sentido hablamos de las relaciones y no de la información en sí, es cuando lo problemas que empeoran los estados comunicacionales ocurren.
Si vamos a hablar de relaciones, el ejemplo dentro del arte se encuentra en casi cualquier canción, poema o pintura. Pero no es el amor el punto clave en las relaciones, sino la intimidad entre los interlocutores. Es a través de una canción específica, que se intentara expresar la falta de intimidad en estas relaciones, dentro de la interacción. La canción Nada personal de Soda Stereo, expresa el problema en su primer verso comunicación sin emoción[2] La canción habla de una relación que se mantiene fría y distante, probablemente no existe verdadera comunicación, sólo la pretensión de una relación. En este punto de verdadera frialdad, el sujeto debe recurrir a otras practicas para satisfacer las necesidades de contacto: busco calor en esa imagen de vídeo Es el punto clave de la obra, una interacción que no se basa en nada, que es fría y claro no es “nada personal”.
Continuando en ámbitos artísticos, la prosa del autor británico Neil Gaiman en el cuento Como hablar con las chicas en las fiestas[3], habla sobre la problemática de acercarse a las mujeres, desde el punto de vista de aquel que nunca ha tenido la confianza para hacerlo; el personaje principal, alguien que vive bajo la sobra de un amigo con personalidad y magnetismo hacia las chicas jóvenes. La fiesta que es entre mujeres jóvenes que no son normales y que además habla de una manera diferente. Las mujeres son turistas, que solo vienen a observar. El principal problema de la comunicación en este sentido, podría ser que son mujeres, sin embargo son diferentes. El ejemplo funciona ya que la comunicación en si nunca llega a completarse, el joven esta atrapado en formalismos y las mujeres hablan de su experiencia, obviamente ambos se encuentran en diferentes contextos que no completan el circuito comunicativo. Si el joven entabla una conversación con alguna recibe respuestas fuera de lugar que impresionan al interlocutor. El protagonista hace una pregunta común, su nombre ella responde: … mi progenitora también se llama Wain y que estoy en obligación de informarla. No puedo procrear […] dentro de poco tendré que volver a Wain para informarle de todo lo que he visto y comunicarle mis impresiones sobre este lugar.[4] Desde este momento la verdadera comunicación queda en segundo plano, no puede haber retroalimentación.
En estas mismas conversación o intentos de comunicación con el sexo opuesto, otra de las chicas, da una definición de sí misma: Si quieres verlo así, soy un poema, o un esquema o de una raza cuyo mundo fue engullido por el mar.[5] Como poema o esquema, ella es la misma comunicación, que une a dos especies en ese momento. Sabíamos que acabaría todo, así que lo pusimos todo en un poema […] Plasmamos nuestros sueños en palabras y las ordenamos según un determinado esquema para que se mantuvieran siempre vivas[6]
El sujeto no es más que un escucha de las preocupaciones y definiciones de está especie, y sin embargo reacciona ante la información que esta recibiendo No conocía aquella lengua, pero las palabras iban calando en mi […] bajo cada una de las silabas, podía sentir el inexorable avance del océano.[7]Ahora que el hecho de conocer nuevas personas puede ser un acto en extremo peligroso que sucede dentro de los mismo estatutos sociales, el interactuar con alguien en una fiesta puede significar el primer paso a la verdadera practica de la comunicación, en el libro Teoría de la comunicación humana, el hecho de entrar en el sistema interaccional por primera vez es el desconocido que se dirige a nosotros o nos pasa por alto debe recibir una respuesta, aunque más no sea una conducta que lo ignore.[8] Realmente el conocer a este joven no es el verdadero propósito, está claro que no sabemos las intenciones de esta especie desconocida, al hablar de sus limitaciones y necesidades, así como de sí mismas, hacia alguien que no posee el conocimiento para retroalimentar la comunicación, […] el contexto puede ser más o menos restrictivo[9] En este caso restringe completamente la conversación.
El poema del que habla Neil Gaiman, son las emociones mismas que se manifiestan en una persona, es por eso que el lenguaje es universal. El mensaje en sí, no lo conocemos, pero podemos ver las reacciones ante la información. Podemos ver y ser parte del cambio estructural que existe a través de las palabras que simplifican la existencia de alguien.
              Es la necesidad básica de ser parte de un sistema, se reduce a una simple idea  Los mensajes manifiestos intercambiados se vuelven parte del contexto interpersonal particular y ejercen limitaciones sobre la interacción posterior.[10] Las interacciones a final de cuentas se reducen a roles, valores, expectativas y motivaciones. Aunque estos roles y valores se ejerzan de manera cada vez mas impersonal, y sin embargo esta expectativa sea la misma, el simple contacto humano, del que nos hablaba Soda Stereo. Se reduce al hecho de cruzar unas palabras, del que nos hablaba Neil Gaiman, y se mantiene siempre presente en un círculo de retroalimentación. Si algo quedo claro con el ejercicio anterior, es justamente la imposibilidad de no comunicar, aunque la interacción tiene ciertas reglas, que pueden o no cumplirse, siempre habrá una reacción que mantenga la comunicación como un círculo que infinitamente nos convierte en seres humanos. Aunque sea frente a un monitor. La frialdad, aun con sus patologías, en la conversación humana sigue siendo una manera de comunicar, sigue siendo comunicación en sí mismo. Tal vez las relaciones humanas se adapten al medio, al ambiente, a la cultura, mantienen su calidad de relación, aun en el punto más bajo de la misma. Lo importante es saber que el arte permanecerá para hacernos ver nuestra propia naturaleza y evolución.




[1] WATZLAWICK, Paul, et  al., Teoría de la comunicación humana, Herder, España, 2008, p. 118
[2] CERATI, Gustavo, Nada personal, Nada personal,  Sony Music, 1985
[3] Cuento que forma parte de la antología El cementerio sin lápidas y otras historias negras del 2007, habla justamente sobre las fiestas y la interacción entre sexos, de una manera bastante peculiar.
[4] GAIMAN, Neil, El cementerio sin lápidas y otras historias negras, Roca Editorial de Libros, S. L., traducción de Mónica Faerna, México, 2010, p. 128.
[5] Ídem, p. 134
[6] Ídem, p. 135
[7] Ídem, p. 137
[8]  WATZLAWICK, Paul, et  al., Op. Cit., p. 128
[9] Ibídem.
[10] Ibídem.