jueves, 11 de octubre de 2012

Soledad

Aun me siento irremediablemente triste. El dolor regresa en olas, pero no desaparece, aumente en ciertos momentos. Todo me causa sufrimiento, al despertar, al caminar, el simple hecho de estar aquí y respirar. Y me aferro tanto a ocultarlo, pero sobresale cuando estoy sola, y abrazada de la noche... Lo extraño, y me siento tan culpable; ¿cómo pude permitirlo? ¿cómo podemos seguir con nuestras vidas si él no está? Es tan dificl voltear a las esquinas, a las ventanas...
Sólo quería protegerlo, sólo quería tenerlo conmigo y ahora no está. Perdóname, tan sólo imaginar me vuelve loca; vivo con un nudo en la garganta, quería gritar, quería que todos se sientan tan mal como yo, pero se guarda para la noche, cuando nadie me ve.
Y es que me siento tan sola.

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