Querido
interlocutor:
Me
alegro al informante que he armado una serie de condiciones al momento de ahora
obsesionarme contigo. He decidido escribirte para dedicarte mi más profunda ilusión
de encontrarme contigo y poder entablar una relación. El propósito de esto es
que he descubierto que las personas con las que comparto en la cotidianidad no
me comprenden del todo, lo cual resulta ser muy frustrante. En vez de dedicar
mi atención a los muerto y sus escritos como muchos otros hacen, he decidido
inventar una serie de situaciones en las que las personas adecuadas y yo nos
conocemos y congeniamos a una nivel de profundidad nunca antes experimentado
para mí. Comprendo a la perfección que mis palabras pueda resultarte
perturbadoras, dado que no me conoces, pero confío en que entenderás mi situación
y me otorgarás tu simpatía, creo firmemente que varios personajes históricos y
creativos se han encontrado en la misma situación que yo. Con lo anterior en
mente espero una pronta respuesta positiva.
Me
despido, querido interlocutor, con el firme objetivo de unir nuestras
conciencias en una sola.
Saludos.
Atte.
Una desconocida.
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