jueves, 6 de noviembre de 2014

Jueves sin planes

El otro día nos burlabamos de un blog de cierto compañero que se jacta de su inteligencia y escritura culta, presumiendo poemas insulsos y narraciones de aburrimiento; con una actitud así siempre dan ganas de criticar. Entre tanto en tal blog hay mucho para criticar, desde ensayos insípidos, hasta comentarios pretenciosos sobre temas de poco interes, y uno que otro poemita que carece de valor poético. Llegamos a la conclusión de que como somo mayores y hemos pasado por más pruebas y experiencias en la vida un estudiante de literatura, estábamos, de hecho, en condiciones de criticar a nuestro gusto; después de todo sí hemos pasado por más pruebas y experiencias; nuestro trabajo ha sido destrozado, nuestra credibilidad puesta en duda y nuestras razones cuestionadas. Tal vez suene pretencioso por sí mismo pero estas nuevas generaciones lo vieron muy fácil, revistas por doquier y compañeros mayores que los llevan de la mano en la creación de contenido, y sin embargo nuestro trabajo sigue poniéndose en duda y se le exige mucho más. Tal vez hemos mejorado, pero a nosotros no nos publican poemarios (pues porque no cualquiera es poeta).
Mi reflexión va a pensar en lo aburrido que puede resultar este blog, sí, hay ensayos por ahí pero ¿valen la pena? ¿vale la pena el tiempo que se pueda tomar en leerlos? Cómo saberlo si no hay comentarios; pero ya me he quejado de éso, probablemente siga haciéndolo.  Los días de los blogs han terminado, el centro de las discusiones intelectuales se encuentran en otra parte de la web, mientras tanto unos cuantos nos aferramos a la idea romántica del bloggear, éso no desaparecerá.

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