martes, 27 de diciembre de 2011

Año viejo

Los días de diciembre son más oscuros, cómo agonizantes. Son más fríos, desolados y pesados, como si el tiempo no se moviera en mucho tiempo, todo parece ser más lento. Hasta el aire es diferente.
Tenemos estos doces días para meditar, los días mas oscuros del año; preguntarnos que fue de cada que, salir a un nuevo día, esperar la luz después de la oscuridad. El final de un ciclo, el comienzo de algo nuevo e igual de excitante. Tomémonos estos momentos para comenzar, para cambiar aunque sea la mirada. Por que esta energía diferente es para eso.
Los días no mueren: renacen. Lo mismo con los años, sólo vuelven a comenzar.
Hay que guardar respeto de todo lo que fue este año. Muchos piensan que no fue bueno, pero un año malo tal vez nos deje más aprendizaje, si somos capaces de ver que lo hay. Todos tuvimos errores y fracasos, decepciones y frustraciones, eso no lo podemos evitar; sólo podemos disfrutar la caída y más que nada el levantarnos siempre se siente mucho mejor.
Puede sonar a pura cursileria , y tal vez lo sea -más que nada por la forma en que se dice- pero nada cuesta ver este año viejo como una buena experiencia. Y es que, no hay experiencias malas.
Es cierto que cada día se debe de reflexionar, pero como ya lo dije: en estos días la energía es diferente, perfecta para la intención.
Feliz Año Viejo

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