domingo, 10 de enero de 2010

Hay días en los que dudas de tu propia existencia. En que piensas que lo que sientes no puede ser real. No puede haber una vida latiente dentro de ese frió cascaron. Pasas la hoja de metal sobre tu piel rogando tener las fuerzas para presionar y con lágrimas en los ojos miras hacia otro lado. Pero sientes dolor, sientes el frió beso del metal y cuando ves la sangre brotar te das cuenta que estas viva. Que hay un corazón que late y bombea dentro de ti y sangre que escurre y brota como en cualquier persona. Sientes tu propia mortalidad y ahora que recuerdas que estas viva, quieres vivir, vivir por todas las cosas que no viviste antes de esto. Vives para no tener que pasar la hoja sobre tu piel una ves mas.

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