Quisiera
agradecer –aunque no sea necesario – tengo que hacerlo, por que llegó a tener
un inmenso significado para mí que estuvieran conmigo, aunque yo sólo le dije a
una persona. Verlos aparecer, a quienes no esperaba y saber que les importa por
lo pasé, por lo que paso; yo agradezco infinitamente. A quienes únicamente mandaron
un mensaje hermoso y alentador, quienes a pesar de la distancia expresaron su
comprensión y apoyo, quienes trataron de estar presentes y no pudieron, quienes
ofrecieron sus brazos para apoyarse y un hombro para llorar. Muchas gracias.
Agradezco a quienes estuvieron
conmigo un momento, ahí de pie, donde todo se derrumbaba, y especialmente a
quienes se quedaron hasta el final. A los que me sorprendieron, y aquellos que
simplemente dijeron te quiero. De manera especial aprecio el confort que me
dieron mis profesores, aunque sea sólo comprendiendo y posponiendo deberes, a
los que me desearon resignación y me dieron tranquilidad, a la directora que
estuvo al pendiente y expreso su apoyo. Aprecio a mis compañeros, a toda la
escuela, que siempre fue la mejor parte de mi día, desde que me levantaba hasta
pasar todo el día en el hospital; un momento en
que los problemas se desvanecían, que no existían los doctores, los exámenes,
los resultados, los tratamientos, las medicinas y el miedo, un momento en el
que podíamos hablar de poesía, de palabras, de historias, siempre
acompañados de buenas ideas.
Agradezco por que estuve a punto de
romperme y gracias a todos no lo hice; por que me sentía sola y abandonada, y
gracias a todos no fue así. Yo sé que a mi mamá le hubiera encantado verlos a
todos y a conocerlos, ella siempre tuvo una facilidad para llevarse bien con la
gente y siempre se ganó fácilmente el cariño de quienes la rodeaban; a ella le
hubiera encantado principalmente saber que estuvieron conmigo.
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