Soy
Vanessa (Paola Vanessa). Soy huérfana. Nací en Zacatecas el dos de febrero de 1992. Estudié
letras, estoy escribiendo una tesis. Toco el bajo en una banda de chicas. Me
gustan las películas francesas, pero también el cine de superhéroes. Mi trabajo
de ensueño es ser periodista de rock. Me gusta la pasta. Odio el apio y las
naranjas. Suelo vestir de negro, casi siempre uso converse. Le temo a las
arañas. Parezco muy distraída pero realmente pongo atención a todo y lo
recuerdo todo. Hablo sola. Detesto la condescendencia. Detesto que se me trate
como tonta, que den por hecho que no sé algo sin preguntarme al respecto. En
una época de mi vida consideré estudiar cine. Desde los quince años mi sueño
fue ser actriz de doblaje. Se cantar, y canto bien. Me encanta contemplar la
vida de las personas. Mi baja autoestima me obliga a tomarme varias selfies
diarias. Disfruto mucho cocinar, en especial cocinar para alguien. A veces se
me olvida comer. Mis bandas favoritas son The Stooges y The Donnas. Nunca ha
sido mi sueño ser músico. Mi bajista favorita es Melissa Auf de Maur, aunque
creo que Les Claypool es el mejor que ha existido. Mi autor favorito es Milan
Kundera. Los libros que considero han influido más en mi vida son El libro de la risa y el olvido de Milan
Kundera y Por favor Mátame de Legs
McNeil y Guilian McCain. Nunca fui una lectora empedernida pero siempre lo
disfruté. Escuche a The Beatles por primera vez a los once años en un acetato
que tenía mi padre. Me encanta la Coca-Cola y colecciono botellas y latas de
ésta. Dibujo por placer, pero sin técnica. A los nueve años escribía cuentos. A
los veinticinco empecé a escribir poesía. Mis poemas son malos. Quedé en cuarto
lugar en dos concursos de ensayo. Nunca he ganado nada en mi vida. La mayoría de mis escritos tienen una
perspectiva femenina. A veces dejo libros sin terminar porque me gusta tenerlos
ahí como una promesa que se alarga, un final que posterga. Me encantan los
juegos de mesa, nunca tengo con quién jugar. Jugaba a las damas chinas con mi
madre. Solía coleccionar la revista Cine
Premiere, pero ahora ya no; la compré durante diez años. Hay como cinco voces
de hombres que me encantan. Me enamoré de un profesor de canto que tuve (he
tenido varios). No tuve sexo hasta después de los veinte años. Nunca he llevado
el cabello corto. Hay varias mujeres que me encanta ver: Anna Karina, Isabella
Rossellini, Audrey Hepburn, Vivien Leigh e Irène Jacob. La primera película que recuerdo haber visto es El Mago de Oz. Mi
película favorita es Lo que el viento se llevó. Soy mala para limpiar y no
tengo orden. Suelo guardar cosas sin sentido. Cuando alguien me da un dulce,
una golosina o un chocolate no me lo como, lo guardo. Me encantan las palomitas
en casi todas sus presentaciones. Duermo y despierto tarde. Me encanta
reacomodar mis libros a las dos de la mañana. Colecciono llaveros. Me encanta
la sensación de bañarme después de varios días de no hacerlo. Me encantaría vivir en un musical y cantar por cualquier razón. No soporto el
silencio. Casi siempre duermo con música. Me gusta tomar el transporte público.
Pocas veces he salido a caminar con la intención de perderme pero ha sucedido
un par de veces. Disfruto mucho del café. No fumo pero de vez en cuando se me
antoja un cigarro. Prefiero la cerveza a cualquier licor. No sé tomar vino. No
me gusta el tequila, prefiero el vodka. Nunca he tenido una relación seria. Me
cuesta mucho abrirme con la gente. Odio indiscriminadamente. Me saca de quicio
la gente más joven que yo (hay excepciones). No me gustan los mariscos ni el
pescado (hay excepciones). Me choca lavar trastes. No me gusta el rock
progresivo, ni la literatura pretenciosa, aunque todo arte conlleva pretensión.
Quiero morir en Nueva York. Aún guardo todos los ensayos que mis compañeros presentaron
durante toda la carrera. No sé porque soy @thebleuvelvet. Me llevo bien con mis
hermanos pero no me conocen mucho. No creo que mis padres me hayan conocido
realmente. Soy muy crítica e intolerante. Dicen que contradigo todo lo que me
dicen, pero no es cierto. Es muy fácil hacerme llorar. Suelo llorar más de
coraje e impotencia que de tristeza. El año pasado internet me convenció de que
estaba deprimida. Siempre he sentido cierta fascinación por la sangre. No me da
asco la sangre menstrual. Me fascinan los procesos corporales como la
digestión, y el cagar o la mierda no me incomodan, igual me fascinan todos
fluidos corporales. La primera vez que vi sangre que no era mía me desmayé.
Odio los hospitales. Me gusta la playa pero prefiero el frío. No podría
sentirme atraída por alguien a quien no admire de alguna manera. Me callo
muchas cosas para evitar el conflicto. Sé que si digo lo que pienso me pondré a
llorar. Hay días en que pesa mucho estar sola, hay días que se disfruta enormemente.
Él
me gusta mucho, se lo dije, pero no se lo he dicho de forma honesta y directa. Justo
ahora lo extraño, espero se me pase. Justo ahora estoy aterrada.
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